martes, 30 de marzo de 2010

Bufetes, abogados y televisión

Aunque tengo ya mis añitos, sigo siendo joven para haber visto en su momento a Perry Mason defendiendo a los acusados ante un tribunal. Mis primeros coqueteos con las series de abogados se produjeron en los ochenta. A un lado del ring estaba La ley de Los Ángeles (o L.A. como aparecía en los títulos), una serie en la que uno de los protagonistas era el pavisoso del Harry Hamlin (aún no entiendo que le vio la estupenda Ursula Andress para tener un hijo con él) junto con habituales de telefilmes y otras series (como Corbin Bersen, Susan Dey o Jimmy Smits). Al otro lado del ring se hallaba Juzgado de guardia, una serie cómica donde el juez era lo menos serio de la corte. Más que de abogados era una serie del personal en torno a los juzgados, el fiscal, el policía, la abogada defensora...

Más tarde llegarían Ally McBeal (de la que aguanté la primera temporada, el resto es más de lo mismo, menos mal que Billy la palma, que gustazo), El abogado (que la seguí a trompicones cuando tenía el Plus), Ley y orden (de esta vi un poco de los primeros episodios y poco más, que lleva veinte años emitiéndose, como para ponerse al día), Crossing Jordan, The guardian (en la que sale Simon Baker, el mismo de El mentalista) y muchas más.

Todo esto viene porque me he puesto con Boston Legal, una serie, ya finalizada, que cuenta las andanzas de los abogados de la firma Crane, Poole y Schmidt, como repiten en bastantes ocasiones, aunque centrada en el personaje de Alan Shore, el cual ya había participado en El abogado.


Alan Shore (James Spader) es un abogado que hará todo por ganar un juicio pero, al mismo tiempo, es un rebelde, un provocador y no se adapta a las normas estrictas del bufete, lo que le lleva a tener constantes problemas con sus compañeros, en especial las compañeras. Aún así, tiene su corazón y cierta integridad; en cierto episodio en el que le obligan a defender a un policía, porque no quiere, lo convencen con la excusa de que es capaz de ver la oscuridad en los demás a lo que replica que, en realidad, la jefa no estaba dispuesta a hacer el trabajo sucio y él sí.

Su gran valedor, y el otro protagonista, es Denny Crane (William Shatner), un abogado ya de vuelta de todo, al que se le va la cabeza, no se sabe si por el alzheimer, el mal de las vacas locas o por la edad y siempre va diciendo su nombre porque se considera el mejor abogado de todos los tiempos (qué gran paralelismo con el ego de James T. Kirk, jejeje). A pesar de eso, se conoce todos los trucos de la profesión, a todos los jueces y sus debilidades y por ello, además de ser uno de los socios fundadores, es uno de los pilares de la firma. Lo mejor es que nunca sabes por donde va a salir, si lo que ha dicho es en serio o de coña, y siempre con la excusa de que está chocheando.

Junto a ellos aparecen varios habituales de las series. Rene Auberjonois (Odo en Star Trek: Espacio profundo 9), que es una especie de socio administrador del bufete; Mark Valley (novio de la agente Olivia Dunham en Fringe) un socio de la firma; o Julie Bowen (una de las madres de Modern family). Además de muchos secundarios que son carne de series, como la Heather Locklear, que, para variar, hace de viuda negra.

Mediada la primera temporada hay dos incorporaciones estupendas. La primera es Candice Bergen (ex Murphy Brown) que hace de una socia fundadora y a la que llaman desde Nueva York para controlar a Denny Crane, con el cual tuvo un affaire hace mucho tiempo pero que él quiere revivir. Es seria y competente pero me encanta cuando se acerca al oído de William Shatner y le susurra las dos palabras mágicas: "Denny Crane", consiguiendo que tenga casi un orgasmo. La otra incorporación es Betty White, ex chica de oro, que se convierte en la secretaria de Alan Shore y que tiene unas salidas que te dejan patinando.

Lo mejor de la serie son los diálogos,con unas frases ingeniosas y bien hiladas. Los casos no están mal pero me gusta más todo el entramado interno del bufete, las relaciones entre los personajes, los tejemanejes personales, etc. Y, sobre todo, me divierte, me río mucho para ser una serie que no es una comedia y se supone más seria. Ya voy casi acabando la segunda temporada y recuerdo un episodio en el que Denny Crane se lleva a Alan Shore a Canadá a pescar salmones y en el que pasa de todo. Memorable. Una serie totalmente recomendable y que pienso verme hasta el final.

Aquí tienes una muestra de lo que se cuece en Crane, Poole & Schmidt.






7 comentarios:

Shanks dijo...

Qué recuerdos con L.A. y Juzgado de Guardia...Y con Perry Mason, claro!!
Ay, cómo se nota la edad...

Sota dijo...

Mmmm... Ángel cuenta como serie de abogados?

starfighter dijo...

Shanks, tú lo has dicho, la edaaaaad XD

Sota, si los abogados son el MAL podríamos pasar Angel por pulpo, porque no.

Sufur dijo...

¿Para cuándo una serie protagonizada por taxidermistas? Sería un filón...

starfighter dijo...

Sufur, tú lo has dicho, para cuando. Esa tensión, ese stress, la pasión animal... que despilfarro.

rickisimus2 dijo...

Pues hace tiempo yo huebira dicho como algo absurdo que seria bueno una serie sobre "físicos" y ahí está The Big Bang Theory, así que no digamos "de este agua no beberé..."

Me gustaba mucho "The Guardian" en la que el protagonista NUNCA se quitaba la corbata.

starfighter dijo...

Rickisimus, las series son un mundo y hay para todos los gustos, de verdad. Todo es ponerse ;)