martes, 14 de julio de 2009

Versiones

Dicen los entendidos que hay dos formas de ver la ópera.

La de toda la vida.




Y la libre adaptación.




He de reconocer que me gusta la primera, sobre todo esa ópera, por muy tópica y manida que esté, y en concreto esa escena del restaurante llena de erotismo encubierto (o será mi mente calenturienta y disfuncional). Pero me divierto más con la segunda, tan clara y con una mala leche...

9 comentarios:

Mac Dubh dijo...

Reconozco que las grandes voces me apasionan, pero jamás he visto una ópera. Sin embargo, no me importa ver la "libre adaptación"y siempre que pude las vi, incluso de niño...

Shanks dijo...

Yo también, y creo que es así como primero se aficiona la gente, no?? de niños!!
Por cierto, con la entrada de WB y la musiquita me ha venido un recuerdo sinestésico de leche con galletas María (música con sabores y olores)...qué fuerte, no??

starfighter dijo...

Mac, pues verlas en vivo impresiona, así que prueba.

Shanks, te faltó la nocilla ;)

Otto Más dijo...

Desde luego, hay que ponerlo fácil desde niños, que si no es un tostón, y mira que yo amo la ópera ^^

starfighter dijo...

Otto, eso mismo, poco a poco, que no es plan de llevar a un niño a ver Wagner :)

Casta dijo...

Claro que sí y que sepa que la vida es dura!!! Juasjuasjuas ;-)

starfighter dijo...

Casta, eso es crueldad, animalicos, jejeje.

Sota dijo...

Muchísimo mejor la segunda, dónde va a parar...

starfighter dijo...

Sota, of course.